Vox se afianza en el trumpismo mientras este se abraza a Rusia

El Frente Nacional francés se distancia del congreso populista al que ha acudido Abascal, mientras Meloni opta por intervenir por videoconferencia

Musk recibe una motosierra de manos de Milei y promete cheques a los estadounidenses con sus recortes

El líder de Vox, Santiago Abascal, interviene en la CPAC el juves pasado EP

David Alandete

Corresponsal en Washington

Un supuesto saludo nazi. El hombre más rico del mundo, con gafas de sol y una motosierra en la mano, bromeando con que Vladímir Putin no puede comprarle. El vicepresidente de Estados Unidos justificando sus recientes ataques a Europa. Y una sala repleta ... de estrategas de la derecha populista, empresarios ultraconservadores y líderes políticos que están redefiniendo el tablero global, alejándose cada vez más de sus aliados históricos.

El Congreso de Acción Política Conservadora (CPAC), al que ha sido invitado el partido español Vox, se ha celebrado este año con una devoción aún mayor hacia Donald Trump y en abierta confrontación, casi hostilidad, con los socios europeos.

En este microcosmos del trumpismo, donde el aislacionismo estadounidense se entrelaza con una creciente afinidad hacia Rusia, los protagonistas y los adversarios quedan claramente definidos. No ha habido ni un liberal conservador ni un democristiano europeo en este congreso.

Uno de los oradores más esperados fue el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, quien, apenas unos meses después de haber sobrevivido a un intento de asesinato en mayo, llegó a CPAC con un mensaje que bien podría haber salido directamente del Kremlin. «Zelenski necesita esta guerra porque no quiere elecciones democráticas», afirmó, replicando la narrativa de Moscú tras haberse reunido con Putin en diciembre.

Fico, que en su país enfrenta multitudinarias protestas por su giro prorruso, se ha convertido en uno de los líderes europeos más alineados con la estrategia de desestabilización de Rusia.

El primer ministro de Macedonia del Norte, Hristijan Mickoski, lanzó un discurso incendiario contra la OTAN, a la que su propio país pertenece. «No es justa, no es justa», lamentó el líder macedonio en una declaración que parecía más dirigida a reforzar su posición ante los populistas estadounidenses que a defender los intereses de su nación dentro de la alianza atlántica.

Y junto a ellos, la flor y nata del ultraconservadurismo europeo: el partido del húngaro Viktor Orbán, que sigue cultivando su relación privilegiada con Moscú mientras desafía las instituciones de la UE; figuras de la extrema derecha mundial que encuentran en Trump un referente contra el globalismo; y representantes de gobiernos que, aunque aún dentro de la Unión Europea, miran con simpatía el modelo de «soberanismo» ruso.

Una marcada polémica

Hubo ausencias notables. Jordan Bardella, líder del nuevo Frente Nacional francés, canceló su discurso tras el supuesto saludo nazi realizado por Steve Bannon, exasesor de Trump y presentador de un exitoso pódcast.

Bardella, que ha mantenido cierta distancia con la Casa Blanca, justificó su retirada alegando que no podía asociarse con gestos de esa naturaleza. Mientras tanto, Marine Le Pen ha advertido a sus diputados que moderen su entusiasmo por Trump, subrayando que su victoria no debe interpretarse como una orden de alineamiento automático.

Giorgia Meloni, anunciada varias veces en este congreso, finalmente intervendrá por videoconferencia este sábado, antes del argentino Javier Milei y del propio Donald Trump.

Desde la organización de CPAC niegan que Bannon hiciera un saludo nazi. Según los organizadores, el estratega bromeó con la idea de que Trump disfrute de un tercer mandato —lo que es inconstitucional— y después alzó el brazo derecho, estirado, en lo que muchos interpretaron como un gesto de extrema derecha. Lo mismo hizo por cierto el actor y activista mexicano Eduardo Verástegui.

Mercedes Schlapp, directora del evento y exasesora de Trump, desestimó la polémica: «Son 'fake news' de la izquierda. Steve Bannon siempre, siempre defiende a Israel». Schlapp estuvo en Madrid en mayo, invitada por Vox a su evento Europa Viva 24, donde elogió a Santiago Abascal: «Sabe perfectamente lo que hay que hacer en España, y aquí en CPAC ya lo conocen, es una voz clave en el movimiento conservador global».

En los márgenes del congreso, Santiago Abascal tuvo la oportunidad de reunirse con Milei y con Elon Musk, antes de que el presidente argentino le regalara al magnate una motosierra, símbolo de sus recortes. Musk, con gafas oscuras y dificultades para verbalizar, se subió al escenario para una entrevista sorpresa.

Dijo que su mente es «una tormenta», defendió «traer la comedia a la política» y, sobre todo, afirmó que los ucranianos están muriendo en el frente de batalla «por la mayor máquina de corrupción que he visto en mi vida». Se refería a la supuesta corrupción ucraniana, no a la rusa.

Mientras CPAC acogía estas declaraciones, en la planta de exposiciones del congreso se exhibía una prueba palpable de cómo Washington se ha implicado en la guerra de Ucrania. El ministro de Exteriores polaco, Radosław Sikorski, llevó al evento los restos de un dron iraní 'Shahed' derribado por Ucrania, como muestra de la implicación de los ayatolás en la invasión.

El presidente polaco, Andrzej Duda, del partido euroescéptico PiS, asistirá este sábado a CPAC como oyente y tiene previsto reunirse con Trump en los márgenes del evento. Duda, que ha tratado de posicionarse como mediador entre Trump y Zelenski, ha cultivado una relación cercana con el expresidente estadounidense mientras mantiene su apoyo a Kiev.

Tendrá mucho trabajo para convencer a la futura Administración Trump. En este mismo escenario, el vicepresidente J.D. Vance defendió negociar en solitario con Rusia, restó importancia a la amenaza expansionista de Putin y condicionó el apoyo a Europa a que esta «avance en la dirección correcta», es decir, más control migratorio y menos regulación en redes sociales.

Fueron esos posicionamientos los que Abascal alabó en un breve discurso, en el que, tras el rechazo generalizado a las declaraciones de Vance en la Cumbre de Múnich, le dio las gracias. «Europa necesitaba escuchar esas verdades», sentenció el líder de Vox.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios